De todas las frases ap??crifas de la historia, esos dichos c??lebres que se les adjudican a grandes personajes o pensadores y que nunca dijeron ni escribieron, hay una que igual me fascina as?? no sea aut??ntica, atribuida a Mozart en una presunta entrada de su diario el 19 de julio de 1770, dice as??: ???Hoy no me pas?? nada, igual fue hermoso???. Es muy parecida a la que Kafka s?? escribi?? el d??a en que empez?? la Primera Guerra Mundial: ???Fui a nadar???.
Pero la frase ap??crifa de Mozart entra??a, adem??s de su inquietante belleza, una provocaci??n y un esc??ndalo, una concepci??n del mundo, toda una filosof??a al menos si la pensamos en el contexto de nuestra ??poca, porque parecer??a como si la vida de la gente de hoy tuviera sentido solo si en ella ocurren, a diario, muchas cosas memorables, un torrente de experiencias excepcionales y al l??mite.
Muchas veces me pregunto si es que ahora la vida de los otros es de verdad m??s intensa y apasionante, m??s llena de aventuras y sucesos, o si es solo que antes no nos d??bamos cuenta porque no hab??a redes sociales ni internet, entonces solo quedaban los diarios personales o los peri??dicos, las memorias y luego la historia con sus innumerables fuentes y versiones para enterarnos de esas vivencias de pel??cula que apenas algunos parec??an atesorar.
Es cierto: hoy todo parece m??s f??cil y en muchos sentidos lo es, esa es una de las revoluciones m??s profundas que trajo consigo internet: con un par de b??squedas superficiales y una tarjeta de cr??dito modesta y recalentada, uno puede hacer lo que quiera, viajar adonde sea, sumarse a la marejada global de grandes eventos que antes daban la impresi??n de ocurrir en otro planeta y ahora est??n a la vuelta de la esquina.
Me emociona mucho, por ejemplo, lo de los conciertos, que ahora la gente pueda ir a ver a su artista favorito al sitio del mundo que sea como antes uno llegaba en flota a Melgar. Claro: digo ???la gente??? con plena consciencia de que se trata siempre de una minor??a, lo sigue siendo, no quiero sonar como ese oligarca bogotano que una vez rechaz?? un aviso publicitario para su empresa porque sal??a el s??bado y, seg??n ??l, ???el s??bado todo el mundo est?? jugando polo...???.
Es como si fuera imposible el ideal que est?? en la frase ap??crifa de Mozart, que a nadie le pase de verdad nada e igual eso pueda significar la felicidad y la belleza.
Pero la sensaci??n que uno tiene s?? es esa, la de un mundo en el que a todo el mundo le pasa de todo, y eso queda documentado en sus redes sociales. Hay quienes se??alan incluso que ese exhibicionismo universal ha invertido los valores de la ecuaci??n, y que en muchos casos la gente hace de sus vivencias no un fin en s?? mismas sino apenas un medio, casi un pretexto para que los dem??s las puedan ver en Facebook, Instagram y TikTok.
De ni??o o de joven, en la prehistoria de esta civilizaci??n digital que nos toc?? en suerte y en desgracia, sin duda m??s lo primero que lo segundo, yo no conoc?? nunca a nadie que corriera una marat??n, por ejemplo. Es m??s: nadie corr??a nada, salvo un se??or de bigote que se llamaba V??ctor Mora (era famoso por eso) y unos poqu??simos pap??s heroicos y con sudadera de toalla y cara de angustia que le daban la vuelta a la manzana y o??an Melod??a Est??reo.
Ahora todo el mundo ???no es todo el mundo, ya s?? que no??? parece estar corriendo la marat??n de Toronto y Kuala Lumpur. Y s??, quiz??s sea ese un signo de progreso y bienestar, una gran conquista de la humanidad, no tengo ni idea. Pero es como si fuera imposible el ideal que est?? en la frase ap??crifa de Mozart, que a nadie le pase de verdad nada e igual eso pueda significar la felicidad y la belleza.
Hace poco se hizo viral una declaraci??n de Cristian Castro, mi nuevo sabio de cabecera, un genio, en la que dice consternado que la gente no sabe no hacer nada, como si vivir ocupados fuera una gran realizaci??n, un signo de importancia.
Es lo contrario, dice Cristian, y Mozart tambi??n.