En los 33 cantos de la Divina comedia en los que representa el infierno, Dante Alighieri describe los olores pestilentes que emanan de los c??rculos que habitan los corruptos, los traidores y los tiranos. En el canto 11, justo cuando Dante y su gu??a, el poeta Virgilio, descienden hacia los c??rculos inferiores del infierno, donde mayores son los horrores, hacen notar c??mo los olores pestilentes que expelen las profundidades del infierno los obligan a detener su paso. En el canto 21, en el episodio de los corruptos pol??ticos, esa pestilencia tiene un profundo valor simb??lico: ???Representa la corrupci??n pol??tica, la podredumbre moral del poder y la suciedad de alma de quienes abusan del cargo p??blico por inter??s personal???. De all?? que para el Dante los olores pestilentes, adem??s de una condici??n f??sica que llama a que alguien sea repudiado y marginado por los dem??s, tambi??n castigan esa corrupci??n institucionalizada que rige y reproduce la ???venta de favores, el abuso de poder y el mal gobierno???. El hedor que produce el olor a azufre ???es la se??al sensorial de un orden podrido???.
La Divina comedia se escribe en un momento en que no solo se debat??a si el poder ven??a de Dios a trav??s del Papa o si era del soberano por ser la cabeza del Estado, sino que tambi??n se consolidaba la idea de que no son las formas institucionales las que degradan el ejercicio de gobierno, sino que eran los modos de gobernar (la manera como proceden los gobernantes) los que degradaban los gobiernos. Desde entonces, fil??sofos y grandes pensadores han sido recurrentes al se??alar la venta de favores, la concentraci??n abusiva del poder, la manipulaci??n del lenguaje pol??tico, el desprecio por las instituciones y la ley, la represi??n y la violencia pol??tica, el culto a la personalidad, la exclusi??n y polarizaci??n extrema y el uso perverso del miedo como las fuerzas que llevan a la degradaci??n de las instituciones y de los cuerpos pol??ticos que las conducen. Es el momento en que las acciones de los que gobiernan no solo no paran de envilecer los principios y valores que antes los inspiraban, sino que tambi??n comienzan a hundirse en un fango de oscuridad que solo puede impregnar de pestilencia a aquellos que lo transitan.
La usurpaci??n no se circunscribe solamente al prop??sito de asumir las funciones y competencias de los dem??s poderes p??blicos en el ??mbito legal y constitucional.
En 1814, Benjamin Constant aporta un elemento crucial. En el ensayo titulado Del esp??ritu de la usurpaci??n, al hacer una dura cr??tica al despotismo (y m??s al gobierno de Napole??n), muestra c??mo el poder cuando se vuelve absoluto tiende a desviarse como usurpaci??n. Es decir, cuando la ???apropiaci??n del poder es ileg??tima, as?? est?? disfrazada de legalidad o eficiencia???. Para Constant, la usurpaci??n no es otra cosa que la forma que adquiere un gobierno corrupto ???entendido no como una infracci??n de la legalidad, sino como la degradaci??n del esp??ritu, como el desprecio y la ignorancia del referente originario, el olvido y descuido de lo que una realidad pol??tica en s?? es; de lo que significa y para lo que sirve; as?? como la p??rdida de la forma a resultas de la descomposici??n del alma???.
Pero la usurpaci??n no se circunscribe solamente al prop??sito de asumir las funciones y competencias de los dem??s poderes p??blicos en el ??mbito legal y constitucional. Tambi??n se extiende a las dem??s formas de relaci??n con los poderes p??blicos y con la ciudadan??a. As??, los intereses de quienes gobiernan priman sobre los derechos ciudadanos; el ejercicio de la fuerza desplaza la vigencia de la ley, y la mentira usurpa el espacio que ten??a como su reino la verdad.
Sometidos a la realidad del despojo a la justicia (porque el que gobierna pretende ser ??nico juez), del prop??sito de imponer formas que sustituyan al Legislativo que imponga un nuevo orden; y un gobernante que, en nombre del pueblo, decide cu??les son los problemas y cu??les las soluciones (pues es ??l el ??nico que interpreta sus anhelos y necesidades), y que no teme mentir porque su verdad es la ??nica verdad, no paran de hundirse en el fango totalitario cuyo olor a azufre son los ??nicos que no lo logran percibir. Por m??s que levanten el brazo con el pu??o de la resistencia.
* Profesor titular, Facultad de Ingenier??a, Universidad Nacional