En medio de las tempestades y luchas del mundo moderno se est?? adquiriendo la mala costumbre de pasar por alto qui??nes lucharon por nuestros derechos.
La euforia que desata las redes sociales ha hecho creer a las nuevas generaciones que todo est?? por lograrlo o que los logros actuales no estuvieron antecedidos por el trabajo esforzado de otros y otras.
Se ha olvidado el camino andado. Hay una ausencia de memoria que termina siendo letal para la historia y para el futuro de la humanidad. Suena fatalista, pero es verdad de a pu??o.
Es por eso necesario hablar de las pioneras, las antecesoras, de las hero??nas de otros tiempos y otras realidades. Y la mejor excusa es el aniversario que pronto celebraremos: los 30 a??os de la ??ltima conferencia mundial sobre los derechos de las mujeres, en Beijing (China).
La d??cada de los 90 cerraba unos ciclos de violencias y guerras en muchos lugares del planeta y abr??a otros complejos. Como siempre, las mujeres llevaban, como ocurri?? por siglos, la peor parte en lo social y econ??mico. En lo pol??tico ellas ni siquiera exist??an.
Hablar de Beijing +30, como han bautizado las Naciones Unidas este aniversario, es repasar un proceso tit??nico de j??venes que se pensaron un planeta diferente, que les permitiera tener voz, decisi??n y autonom??a sobre sus cuerpos y su vida.
A Beijing llegaron 40.000 mujeres de todo el mundo. Era el 4 de septiembre de 1995, el internet, un lujo, los celulares no exist??an y las redes sociales ni siquiera estaban en la mente de la m??s avezada persona. Aun as??, se hicieron escuchar y trazaron una l??nea de trabajo que fue acogida por mandatarios de 156 Estados.
Unas hero??nas, porque las que hablaron m??s fuerte terminaron encarceladas, excomulgadas, se??aladas y excluidas.
Antes de Beijing las mujeres ya hab??an posicionado su labor en las conferencias de M??xico, en 1975, luego en Copenhague (Dinamarca), en 1980 y en la Tercera Conferencia Mundial sobre la Mujer, tambi??n conocida como la Conferencia de Nairobi (Kenia), en 1985.
En esos 10 a??os, al mismo tiempo y teniendo una comunicaci??n a punta de cartas escritas a mano o en m??quinas convencionales de teclas y cinta negra, las africanas, las asi??ticas, latinas y las europeas hablaban en sus c??rculos sociales de la interrupci??n del embarazo, la desigualdad salarial, el veto en las comunicaciones, la morfolog??a de la vagina y su papel en la vida de la sociedad m??s all?? de ser la puerta de entrada para la procreaci??n, as?? como el papel de todas en el arte, donde siempre brillaban los hombres y ellas eran unas ???rebeldes???.
Unas hero??nas, porque las que hablaron m??s fuerte terminaron encarceladas, excomulgadas, se??aladas y excluidas, amenazadas o declaradas ???locas lesbianas imp??dicas???.
Cu??nto les debemos. En Colombia, antes de la corajuda M??nica Roa y su trabajo para la despenalizaci??n del aborto en 2006 y de Causa Justa y el fallo hist??rico del 2022, que reconoce la libertad reproductiva de las mujeres al despenalizar el aborto hasta la semana 24, ya estaba la lucha de Mar??a Ladi Londo??o, la valerosa activista y profesional de la salud, que en los a??os 70 abri?? el camino para que las mujeres decidieran sobre sus cuerpos.
El pr??ximo a??o, en los comicios para elegir nuevo Congreso y nueva presidenta o presidente de la Rep??blica, 20 millones de mujeres podremos votar gracias a Mar??a Teresa Arizabaleta y otras m??s, que salieron a la calle, hicieron lobby, se sentaron con los hombres que ten??an el poder y decid??an y lograron ese derecho al sufragio en 1954.
Mar??a Teresa tiene 91 a??os, y es un honor que hoy, 70 a??os despu??s, siga reivindicando nuestros derechos con una lucidez fascinante.
Todas ellas, las que estuvieron tres d??cadas atr??s en China y las que marcharon en 1979 pidiendo igualdad, est??n en el documental La lucha de las mujeres antes y despu??s de Beijing, 1995, que EL TIEMPO y el Canal Institucional estrenar??n este viernes, a las 6 de la tarde.
Un homenaje, una necesidad de memoria, un relato clave. La magia transformadora de quienes nos antecedieron. Por ellas y por las que vienen, no es hora de callar.??