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Editorial
Mar y desierto ponen a vibrar a La Guajira
El punto m??s septentrional en Suram??rica, las artesan??as ind??genas y las playas de ensue??o cautivan a los turistas.
Dos recomendados para tener en cuenta en el departamento, cuando se trata de hacer excursiones hacia el norte de Riohacha, a lugares como el Cabo de La Velay Punta Gallina Foto: iStock
El departamento de La Guajira es un caleidoscopio: desde el verde de la vegetaci??n en la baja Guajira, pasando por el rosado de los flamencos que aterrizan cerca de Riohacha hasta el dorado de las dunas de Taroa, en Punta Gallinas, el sitio m??s septentrional de Am??rica del Sur.
Este es un destino ideal para quienes buscan desconectarse de los atafagos de la ciudad, disfrutar de la naturaleza en su estado m??s puro y sumergirse en un entorno aut??ntico, lleno de belleza.
All??, en el extremo norte de Colombia, se conjugan paisajes des??rticos, monta??as y costas caribe??as donde las comunidades ind??genas Way??u, Arhuaco, Kogui, Kankuamo y Wiwa le agregan con su legado cultural una dimensi??n ??nica a esta regi??n, tambi??n conocida por su riqueza musical.
Tan importante es la m??sica en La Guajira, que cada a??o, en el segundo semestre, se celebra en el municipio de Villanueva, 163 kil??metros al sur de Riohacha ??? la capital del departamento de La Guajira ??? , el Festival Cuna de Acordeones. En esta fiesta popular que le rinde un homenaje al vallenato han participado artistas de la talla del Binomio de Oro, Israel Romero, Poncho Zuleta y Emiliano Zuleta.
Un aspecto esencial para tener en cuenta en La Guajira, sobre todo cuando se trata de hacer excursiones hacia el norte de Riohacha, a lugares como el Cabo de La Vela y Punta Gallinas, es tener la asesor??a de una agencia de viajes reconocida que preste servicio de transporte en veh??culos 4x4, pues no es dif??cil que los turistas se pierdan en el desierto si van por su cuenta.
Aparte de estas recomendaciones, hay que tener en cuenta que se debe contar siempre con abundante agua, usar gafas de sol y protector solar. Una vez cumplidos estos requisitos, es posible iniciar un recorrido que incluya visitas a rancher??as donde viven los ind??genas Way??u.
En estos sitios, varios de ellos situados en los alrededores de Riohacha, se aprecia el baile de la yonna, en el que las mujeres, vestidas con mantas de colores, persiguen a un hombre ataviado con un guayuco. Todos est??n descalzos y se mueven al son de tambores.
Estos espect??culos se desarrollan al aire libre, con los grupos de turistas sentados en un c??rculo mientras bolsos, manillas, sombreros, mantas y otras artesan??as suelen colgarse de estructuras de madera que hacen las veces de vitrinas para que los visitantes hagan sus compras directamente.
Eso s??, se recomienda no pedir rebaja con el fin de valorar el conocimiento de las personas que se dedican a esta labor, quienes tardan d??as y hasta semanas enteras elaborando chinchorros y mochilas.
Dependiendo del operador tur??stico que lleve a los viajeros, en las rancher??as se puede vivir la experiencia gastron??mica de probar sabores locales, entre ellos el friche, un plato a base de chivo; frutas como el n??spero y la cereza silvestre; o dulces de coco, de icaco, ajonjol??, papaya verde, toronja y hasta de papa.
En cuanto a artesan??as, existe la Ruta Tejedur??a Way??u, un recorrido que Artesan??as de Colombia ha implementado como parte de su proyecto Colombia Artesanal, y que incluye visitas a los talleres donde trabajan artesanas del departamento para que les expliquen los m??todos de elaboraci??n de cada objeto y los distintos significados de sus dise??os. Quienes no alcanzan a llegar a las rancher??as tambi??n pueden adquirir artesan??as en el malec??n tur??stico de Riohacha.
Un plan en medio de la naturaleza, a solo 15 minutos al sur de la capital del departamento, es observar c??mo se alimentan los flamencos en el Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos, en el corregimiento de Camarones. En este sitio, en 7.000 hect??reas, cientos de estas aves clavan sus picos en el estuario del r??o Camarones en busca de la artemia salina, que les da su color rosado.
Otra experiencia que permite el contacto estrecho con el entorno es la visita al Parque Nacional Natural Macuira, un oasis de 25.000 hect??reas en el desierto de la Alta Guajira. Esta reserva, situada en Nazareth, en el municipio de Uribia (adonde se llega luego de un viaje de unas 8 horas por tierra al norte de Riohacha), es ideal para ver aves, ya que all?? se han registrado cerca de 140 especies de ellas ??? 17 son end??micas ??? que habitan en varios ecosistemas de bosques.
Algo que les ense??a a los turistas sobre la cultura local es el intercambio que se produce en Dibulla, al sur de Camarones, gracias a programas que traen a franceses, alemanes, estadounidenses y canadienses, entre viajeros de otras nacionalidades, para que vivan experiencias finqueras que les permiten pescar con atarraya y conocer la procedencia de mangos, pl??tanos, bananos y otras frutas.
Es posible visitar talleres de artesanas que comparten sus m??todos y los distintos significados. Foto:iStock
La ruta de la sal
El paisaje de cerros de sal que se reflejan en pozos de agua es uno para el que los ojos no est??n acostumbrados a plena luz del d??a ??? y para el que es particularmente ??til llevar gafas de sol ???. As?? son las salinas de Manaure, 63 kil??metros hacia el nororiente desde Riohacha. En este lugar las palas penetran en las monta??as de sal desde la madrugada para hacer m??s llevadera la labor de quienes recogen este mineral en las charcas de las salinas.
Desde all??, quienes aman la adrenalina de los deportes acu??ticos pueden ir a las playas de Mayapo, media hora por tierra al norte de Riohacha, un lugar propicio para el kitesurf y el windsurf debido a sus vientos fuertes.
M??s al norte desde Manaure, siguiendo la costa, se llega a las playas del Cabo de La Vela, a tres horas desde Riohacha. All??, una experiencia aut??ntica que permite el contacto con la poblaci??n local para conocer sus costumbres y su forma de vida es alojarse en alguna de las posadas tur??sticas, varias de las cuales est??n hechas con bahareque y yotojoro, el coraz??n del cactus.
El Cabo de La Vela tambi??n es un destino ideal para personas aficionadas al kitesurf y al windsurf, gracias a los vientos que soplan en esta parte del pa??s. Este lugar dispone de un mirador excepcional: el Pil??n de Az??car, una colina cuya cima parece alzarse a kil??metros de distancia pero que se sube a pie en no m??s de 15 minutos. En lo alto de la peque??a monta??a, donde se sienten con fuerza las r??fagas de viento, hay un altar de la Virgen de F??tima y se disfruta una vista relajante del Mar Caribe.
A??n m??s al norte, donde Suram??rica termina en una punta orientada hacia las Antillas, se encuentran las dunas de Taroa, en Punta Gallinas. Su paisaje de mont??culos de arena de un amarillo intenso, que se empinan hasta cimas desde donde se ve el azul del oc??ano, parece una alucinaci??n. All?? la ??nica compa????a son el viento y la arena, que les recuerdan a los viajeros que La Guajira es un destino del que se llevar??n recuerdos imborrables.