???Argentina, Colombia t?? pap?????. Ese era el estribillo que m??s se repet??a aquel 5 de septiembre de 1993. Todo era euforia, alegr??a, locura colectiva. Las botellas de aguardiente y cerveza no daban abasto. Hombres y mujeres beb??an a la par. Porque esa haza??a era como regresar de una batalla de la que se sale victorioso. Como volver a poner los pies en la tierra despu??s de caminar sobre la Luna. Un trance del que no quer??amos despertar. Quer??amos que ah?? se acabara la vida o que la felicidad se extendiera hasta la eternidad.
Ya no ??ramos extra??os. No hab??a ni ricos ni pobres. Nadie era negro, blanco o indio. Nadie era jefe de nadie ni empleado de nadie. Solo ??ramos colombianos y colombianas. Despu??s de muchos a??os, al fin sab??amos lo que significaba haber nacido en esta tierra ??spera, dura y violenta. Al fin gan??bamos algo: admiraci??n.
Ese d??a abraz??bamos al desconocido, nos reconcili??bamos con el enemigo, llor??bamos l??grimas que se confund??an con las de los dem??s. Muchos, con ese 5-0, entendimos el significado de la palabra felicidad.
Por momentos sent??amos que las manos no eran suficientes para aplaudir. Ni las piernas suficientes para seguir saltando. Ni el cuerpo lograba acomodarse a la emoci??n que sent??a.
Todo se contagiaba: la dicha, la algarab??a, las palabras, el sudor, el saludo.
Perdimos la cuenta de cu??ntas veces gritamos Colombia, Colombia, Colombia... Si hubieran existido las plataformas digitales, Colombia habr??a sido escogida como la palabra del a??o.??
Si aquel 5 de septiembre de 1993 hubi??ramos tenido redes sociales, ??c??mo habr??an sido las cosas? ??Habr??an colapsado? ??Habr??amos compartido m??s? ??Qu?? frases, qu?? memes o qu?? emoticones habr??amos construido? ??Cu??ntas veces hubi??ramos repetido los cinco goles?
Pero, a cambio de redes, hubo noticias, libros, series, pel??culas, documentales... Esos jugadores, Pibe, Faustino, Rinc??n, Valencia, C??rdoba, Leonel, se convirtieron en los h??roes que ten??amos refundidos; fueron nuestros propios sobrevivientes de los Andes, los que despu??s se convertir??an en leyendas, en referentes de todo lo bueno que nos pas??; seres por los que est??bamos dispuestos a entregarlo todo. De regreso a Colombia, a Bogot??, fue la apoteosis. Y otra vez el ???Argentina, Colombia t?? pap?????.
Sin embargo, por ese sino tr??gico que cargamos como pa??s, tanta alegr??a, tanta felicidad, tanto entusiasmo, tanta entrega, tanto orgullo no pod??an ser gratis.
La dicha de regresar a un Mundial, con semejante selecci??n y semejante fanaticada, se fue opacando con el devenir de los d??as.
No solo fueron los muertos que dej?? la celebraci??n por el 5-0. Ni los da??os que se causaron a bienes p??blicos y privados durante la celebraci??n, porque as?? somos, porque no concebimos alegr??a sin dolor y ese dolor seguimos reparti??ndolo incluso hoy. Fue tambi??n todo lo que se vino a saber despu??s. Las autoridades hablaron de 80 muertos. Y 900 heridos. Eso dej?? el guayabo de la fiesta.
Ah?? fue cuando comprendimos que ??ramos mortales. Que la felicidad era ef??mera. Que todos deb??amos volver a lo nuestro. Que el triunfo de la Selecci??n sobre Argentina, como todo en la vida, era pasajero. Que lo recordar??amos por siempre, como al primer amor, el primer sueldo, el primer viaje en avi??n.
Ese guayabo incluy?? la revelaci??n de c??mo el narcotr??fico hab??a permeado a ese equipo de f??tbol, que era citado por los jefes del cartel de Cali y que los apostadores cobraron sus perdidas segando la vida de Andr??s Escobar, otro h??roe que no alcanz?? a vivir para contar su propia historia y su propia celebraci??n.
Era como si ese 5-0 se hubiera convertido en el rezo maldito que nos gener?? tantas tristezas apenas un tiempo despu??s. De ser considerados los mejores de Am??rica del Sur y aspirantes al t??tulo mundial pasamos a ser la verg??enza universal. ???Nadie se daba cuenta de lo mal que todos est??bamos haciendo todo???, dir??a despu??s el periodista Mauricio Silva. S??, ese 5-0 nos cost??, y mucho. Y, sin embargo, ah?? qued??, para la historia.
Al final, todos abusamos de esa oportunidad de dicha que nos dio la vida: los patrocinadores, los jugadores, los medios y la gente, que muy tarde vino a entender, vinimos a entender, que solo se trataba de f??tbol y negocios. ??Vali?? la pena?
ERNESTO CORT??S FIERRO
Editor General
EL TIEMPO
@ernestocortes28
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